22/02/2020
1. Las nuevas tecnologías e internet NO te hacen más feliz
Cuando enciendes tu teléfono móvil, cuando recibes un mensaje o cuando ves una foto nueva en tu red social favorita, experimentas una pequeña descarga de placer. Es una reacción natural del cerebro ante las novedades. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que estas pequeñas descargas no producen mayor felicidad, sino que nos hacen más ansiosos y provocan que queramos mirar el móvil en todo momento. Las investigaciones han descubierto que las personas que no están tan enganchadas al móvil y son capaces de disfrutar de una conversación con amigos, de un rato de deporte o de ayudar a los demás son mucho más felices.
2. NO eres nativo digital
Has nacido después de la llegada de Internet, pero eso no te hace ser un nativo digital. Cuando utilizamos la expresión «nativo», normalmente nos referimos a una persona que habla un idioma desde su nacimiento. Sin embargo, a menos que sepas programar desde pequeño, no eres nativo digital por el simple hecho de que manejar un ordenador o navegar por Instagram no es equivalente a hablar un idioma. Cualquier persona de setenta años puede aprender a navegar por internet o a manejar las redes sociales con apenas unos minutos de entrenamiento. Al fin y al cabo, no hace falta ser muy listo ni aprender una gramática compleja para deslizar el dedo por una pantalla, ¿no crees?
El mundo de internet permite compartir conocimientos y aprender de manera individual o conjunta de una forma mucho más eficaz.
3. Las nuevas tecnologías e internet SÍ pueden facilitarte las cosas
Internet y las redes sociales han permitido grandes avances en la humanidad. Colaborar en investigaciones científicas, como las que buscan acabar con el cáncer o encontrar una cura contra el Alzheimer son hoy posibles gracias a internet y las redes sociales. El conocimiento se ha vuelto mucho más democrático, ya que cualquier persona puede compartir sus conocimientos y todos podemos aprender de una manera más sencilla y barata, así que internet y las redes sociales también tienen muchos aspectos positivos.
4. Las nuevas tecnologías
SÍ pueden tener un impacto negativo sobre tu salud. Es cierto que hay aplicaciones para todo y que muchas de ellas nos pueden ayudar en nuestras tareas o en nuestro trabajo, pero también es verdad que, si no aprendemos a utilizar las redes sociales e internet de una manera responsable, nos pueden dificultar la vida. Sabemos que un gesto aparentemente inocente, como meterse en la cama con el teléfono móvil, hace que perdamos hasta tres horas de sueño diario y puede provocar que estemos más cansados y más expuestos a sufrir estrés y ansiedad, porque, si no descansamos lo suficiente, nuestro cerebro no se siente con energía y confianza para afrontar los retos de nuestro día a día.
Hasta un 60 % de los adolescentes confiesa que pasan demasiado tiempo delante de las pantallas, se sienten estresados y creen que no tienen todo el control que les gustaría.
5. Las redes sociales e internet SÍ son adictivas
Los dispositivos móviles conectados a internet comenzaron a comercializarse en 2009 y llegaron a las manos de la mayoría de las personas en 2010. En ese momento, el asombro por todas las cosas que estos dispositivos podían hacer hizo que nadie se preguntara si podían tener efectos negativos sobre nuestra salud. Sin embargo, desde el año 2015 tenemos estudios que nos indican que los smartphones tienen un alto potencial adictivo. Cada vez son más las personas que se dan cuenta de que están enganchadas a internet o las que acuden a alguna de las clínicas y profesionales especializados en adicciones a las nuevas tecnologías.
6. Las nuevas tecnologías NO siempre te ayudan a estar más conectado/a
Las redes sociales se desarrollaron para ayudarnos a estar más conectados. Es cierto que muchas de estas aplicaciones nos permiten llamar por teléfono a un pariente que se encuentra en la otra punta del mundo o permiten que conozcamos detalles de la vida de nuestros influencers favoritos. Sin embargo, los años han demostrado dos cosas; la primera es que lo que conocemos de los demás en las redes sociales no es su realidad, sino la realidad que quieren que veamos; y la segunda es que, si bien podemos estar en contacto con personas que están a miles de kilómetros, las redes sociales e internet enganchan tanto que en muchos casos no somos capaces de mirar y conectar con las personas que tenemos enfrente, es decir, con nuestros amigos o con nuestra familia. Cada vez hay más personas que necesitan tratamiento porque no pueden disfrutar de relaciones sociales normales, ya que están demasiado enganchadas a sus dispositivos móviles.