Seguro que más de una vez te has encontrado con una persona que te supera. Puede ser un compañero de clase, un familiar, un hermano o incluso un profesor. Las personas difíciles nos hacen dudar sobre nuestras propias acciones, nos roban la energía, no nos dejan actuar como realmente queremos y, en definitiva, nos hacen pasar momentos difíciles.
¿Te has visto en situaciones en las que has dicho «Esto me pasa por tonto o por tonta»? ¿Sientes que vendes tu confianza a los demás demasiado barata? La confianza en el otro puede ser una virtud, pero como toda virtud puede llegar a ser un punto débil cuando se lleva al extremo.
¿Te imaginas que tu pareja te pide el móvil para ver con quién te has escrito?, ¿que mira por la noche si estás conectado/a a tu WhatsApp? ¿Te imaginas que te dice qué fotos puedes subir a tus redes sociales y cuáles no? ¿Aceptarías este tipo de control?
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